La guerra comercial entre EE. UU. y China ha motivado a algunas empresas en Estados Unidos a buscar alternativas en México.
En la cumbre de "Los Tres Amigos" celebrada en la Ciudad de México, los lideres de EE. UU., México y Canadá centraron su atención en una agenda enmarcada por diferencias en inmigración, tráfico de drogas y transición enerėtica. Sin embargo, la cumbre también ofrecía una oportunidad para capitalizar un año fantástico de comercio entre México y EE. UU.
Tan solo en octubre de 2022, las importaciones de EE. UU. desde México aumentaron en un 17.5% en comparación con el año anterior, mientras que las importaciones de EE. UU. desde China disminuyeron en un 7.2%. Este incremento en las exportaciones de México a Estados Unidos es aún más pronunciado en vehículos y electrónicos, que aumentaron respectivamente en un 25.8% y 24.3%
Las guerras comerciales afectan las cadenas de suministro. En 2022, esto se reflejó en un claro cambio en las importaciones de EE. UU. de productos desde China a México y otros países "sustitutos", como Malasia, Taiwán y Tailandia.
China ha sido durante mucho tiempo la fábrica más grande del mundo, pero la pandemia, la guerra comercial y el incremento en salarios han hecho que algunas empresas busquen alternativas. En años recientes, México se ha convertido en una opción cada vez más atractiva para exportar a EE. UU. debido a su cercanía, reglas comerciales favorables y estables, además de décadas de fuerte tradición manufacturera. Por ejemplo, empresas como Walmart, Samsung, Amazon y Dell, han decidido trasladar sus cadenas de suministro a México.
Asimismo, la guerra comercial ha afectado a la industria de fabricación de muebles para el hogar, textiles y maquinaria eléctrica, beneficiando a los exportadores de Tailandia y Vietnam.
Pero los cambios en el comercio no solo se limitan a productos que enfrentan aranceles mayores a partir de la guerra comercial. Por ejemplo, las importaciones de computadoras de EE. UU. desde China, un producto con un arancel cero, han disminuido en 3.4 mil millones de dólares, mientras que las importaciones de México han aumentado en 9.2 mil millones de dólares en el mismo periodo.
Desde hace décadas, la manufactura entre Estados Unidos y México está altamente integrada. Para algunas empresas, la mera incertidumbre creada por la guerra comercial ha sido suficiente para decidirse por México. Por ejemplo, Dell, el fabricante de computadoras, anunció en 2019 una fuere expansión en México para reducir el potencial impacto de la guerra comercial en sus cadenas de suministro en los Estados Unidos.
El cambio de Dell a México vino con desafíos, incluyendo un mercado global a punto de estallar. En 2020, las importaciones de Estados Unidos de laptops, computadoras, teléfonos y auriculares fueron las más altas de la historia. Atrapados en casa, los consumidores cambiaron su gasto de servicios hacia electrónicos, y China era el país con la capacidad industrial y el control de la pandemia suficientes para cubrir la mayor demanda. Pero a medida que el mercado ha cambiado y los aranceles de la guerra comercial continúan, Estados Unidos ha continuado con la tendencia de disminuir su dependencia de China.
Actualmente, China representa el 18% de las importaciones de Estados Unidos, una disminución del 22% que representaba al comienzo de la guerra comercial. Por otro lado, las importaciones de Estados Unidos de México han aumentado en un 38% desde los niveles previos a la guerra comercial, y se han recuperado aún más rápido tras la pandemia.
Las cadenas de valor regionales están ganando popularidad como una alternativa sostenible y resiliente a las redes de valor globales. Las cadenas regionales proporcionan beneficios económicos para los productores y consumidores locales, y pueden ayudar a aumentar la participación de México en el mercado de América del Norte. El desarrollo de cadenas de valor regionales más robustas también puede llevar al crecimiento de nuevas industrias en México, como la movilidad eléctrica y la energía limpia, aún concentrada en China.
Además, las cadenas de valor regionales robustas dan también una ventaja a Estados Unidos y Canadá. A medida que el sector manufacturero de México se expande y desarrolla economías de escala, especialización y competencia interna, se fortalece también la resiliencia y competitividad de la región de América del Norte.
Trabajando juntos, los llamados Tres Amigos pueden identificar áreas donde sus países tienen capacidades complementarias que les permiten desarrollar redes de suministro que dependan más de fuentes locales y regionales. Al invertir en infraestructura, apoyar a los proveedores de la región y promover plataformas digitales como DataMexico, las cadenas de suministro de América del Norte serán más resilientes y competitivas.
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